La Diosa, personificación de todo lo sagrado y misterioso de este planeta.
Las antiguas culturas centradas en la tierra mantenían la creencia de que la mujer era el centro de las sociedades matriarcales, culturas cercanas y lejanas que adoraban a las diosas.
Nuestra propia maternidad puede ser similar a la de la Tierra.
El universo como el cuerpo vivo de una Diosa-Madre creadora, y todos los seres vivos dentro de él como parte de su divinidad.
La iconografía de la Gran Diosa surge como reflejo y veneración de las leyes de la Naturaleza.
Los seres humanos siempre han estado fascinados por su magnificencia.
Intentos primordiales de la especie humana por comprender y vivir en armonía con la belleza y la maravilla de la Creación.
El resurgimiento de lo Femenino en este momento evidencia la relevancia de la necesidad universal de una transformación general de la conciencia.
¿Es posible en el futuro vivir en una era de armonía y paz?
¿En concierto con las energías creativas de la naturaleza y el inmenso potencial humano?
Parece haber un sistema ideológico coherente en la antigua religión de la Diosa que utiliza un vasto cuerpo de símbolos.
¿Es posible descifrar el significado del arte y la religión prehistóricos? ¿Somos capaces de reconstruirlo, hasta cierto punto, a través de los símbolos pictóricos encontrados en tumbas, frescos, figurillas, cerámicas y pinturas?
Me resulta fascinante investigar las relaciones que la Diosa tenía con los animales, las plantas y el resto de la naturaleza. Ella es la fuente universal y fructífera de donde todo surgió.
También conocida como la Gran Madre, la Diosa se describe en la mitología antigua como Ella que da a luz a todas las cosas desde su útero. La Tierra, Gaia, Pacha-Mama.