La tradición de marcar objetos ceremoniales con símbolos podría permitirnos descifrar su significado y función en la vida de nuestros antepasados y así iluminar nuestro propio mundo.
Uno de los rituales más antiguos descubiertos en excavaciones arqueológicas es el de la regeneración. Los rituales funerarios y el simbolismo de nuestro linaje paleolítico proporcionan información sobre sus creencias sobre la muerte y el renacimiento.
Algunas de las imágenes y diseños encontrados en sitios del Paleolítico persisten hasta bien entrada la Edad del Bronce, lo que da a entender su significativa longevidad y alcance.
Las creencias de los pueblos antiguos sobre la fragilidad de la vida y la amenaza de destrucción perduran hasta el día de hoy, en nuestra era de aniquilación atómica y desastre climático. La necesidad de renovarse y confiar en el poder regenerativo de la Naturaleza es un imperativo existencial.
Las antiguas creencias en la Diosa han quedado registradas en sus generosos símbolos y pictogramas, ofreciéndonos una huella indeleble de nuestra propia psique olvidada.
Aunque no soy arqueólogo, ni pretendo serlo en absoluto, me fascina la conexión entre los materiales arqueológicos y la espiritualidad y cómo ambos pueden ayudarnos a desentrañar la esencia de nuestros antepasados.